Soledad

I

Es una especie de humillación geográfica esta quimera.
Me desaloja, almacenándome en el litoral,
con las serpientes.

Solo me pueden ver a través de un caleidoscopio
y mi imagen se repite tan nítidamente
que acabo por ser  solo un verbo mal conjugado.

El final (Haiku)

Al atardecer

canta el ave anunciando

su trino final

 

Una parte(Haiku)

Dulce tristeza
la palabra del señor
venga tu reino

El manejo de la verdad

I

Son agudas las palabras
y agrupadas en campos semánticos.
Las encierras entre nubes de ácidas lluvias,
encajonas tus recuerdos a doce versos,
tres espacios y quince días de regla constante.

Solo el verso que sobrevive vale la pena,
ley de selva que lanza sus más feroces animales
                                                         a mi cuello.
Sobrevivo entre el derroche de malas ideas
                                        que últimamente tienes.
Me mal paso con tu idiotez.


II

Enviaste una caja al fin del mundo,
lugar donde me hospedo,
levitando entre más palabras
                              que personas.

Comparaste mis poemas
con la verdad oculta
y adjuntaste versos apresurados
antes de sellar la caja.

El mal manejo de la verdad
liquidó en el camino su sentido.
Solo me llegaron burunitas.

Paraíso de soledad compartida (Soneto)

Mi mente exhausta después de tanto uso
Difícil soneto me hacia pedir piedad
Tremendo reto pusieron a mi edad
A contar verdad me sentí recluso.

No pretendo derrumbar tu paraíso
Ése que tú tanto amas: la soledad
Pues comparto su hermosa complejidad
A pesar que un mejor lugar diviso.

Que tristeza a molestarme comience
Yo no estaré otra vez en ése luto
Gracias a un error mío esto debió pasar.


Aunque por mucho que iluso me esfuerce
Con el amor de este simple soneto
Dudo que aún pueda hacerte regresar

Amneesica

Y te veo en el limbo
Repitiendo mi nombre todo el día,
Toda la noche,
Condenada a los versos purgatoriales
Del recuerdo sin fin.

La mejor banda del mundo

Hay entre los adoquines

un trio de tumbas

que toda la noche cantan como cuervos.

Ellos arman un caos estrepitoso,

lamentando el sueño que les fue robado

malgastando su tiempo en la vida.

No les oigo tocar ningún instrumento,

es un sonido más intestinal el que despiden, casi con aroma.

Ni las ratas soportan esta tortura diurna.

No tocan acordes; tocan venas,

llagas, cáncer y sobre todo

escorbuto.

Se callaron las mentiras

y los actos de amor.

Hablaban de rabia y fiebres

que mas de dos no entendieron,

sin embargo

prefirieron morir como cobardes

antes que vivir cobardemente.