I
Son agudas las palabras
y agrupadas en campos semánticos.
Las encierras entre nubes de ácidas lluvias,
encajonas tus recuerdos a doce versos,
tres espacios y quince días de regla constante.
Solo el verso que sobrevive vale la pena,
ley de selva que lanza sus más feroces animales
a mi cuello.
Sobrevivo entre el derroche de malas ideas
que últimamente tienes.
Me mal paso con tu idiotez.
II
Enviaste una caja al fin del mundo,
lugar donde me hospedo,
levitando entre más palabras
que personas.
Comparaste mis poemas
con la verdad oculta
y adjuntaste versos apresurados
antes de sellar la caja.
El mal manejo de la verdad
liquidó en el camino su sentido.
Solo me llegaron burunitas.
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